Prólogo por Ricardo Cardama
Diciembre de 1998
Es grande, mucho más grande de lo que uno cree, la cantidad de personas que tienen la intención de ayudar a sus hermanos. Esto es reconfortante y nos muestra que nuestro pueblo tiene valores muy apreciables. Contrariamente a los que hablan de que todo está perdido, la esperanza existe todavía.
Tal vez, la virtud más importante de LUMEN es que esa idea original, gestada a la sombra del deseo de ser un poco mejores, se transformó en una realidad tangible a través de la cual las partes involucradas se benefician y asisten en forma recíproca.
Porque esto hay que recalcarlo, el favor es tanto para el que lo da, como para el que lo recibe.
En una reunión inicial de una conocida organización de servicio voluntario, ante la típica pregunta: "-¿Y Ud. por qué viene?". Un adolescente, con la espontaneidad propia de su edad contestó: "-Yo no vengo a dar, vengo a recibir".
Nos pareció que la mejor manera de historiar lo que es LUMEN es incluir experiencias de algunos de sus colaboradores. En la mayoría de los casos reproducimos fielmente esos relatos y en otros- con el debido consentimiento- hemos resumido algunos textos en pro de la agilidad de la publicación.
A todos agradecemos su apoyo y esperamos que esta compilación tenga éxito entre los que nos lean con el afecto que hemos querido transmitir. Viviremos con cada uno de ellos, la aventura de permitir a las apetencias del espíritu reprimidas, liberarse y ver la luz, que es nuestra realización como seres humanos.
Es interesante observar el efecto saludable que ejerce sobre cada uno de nosotros, el dar un poquito de tiempo a los demás.
Ello nos permite redimensionar nuestros problemas, apreciar todo lo que nos fue dado, eso que con tanta frecuencia, tendemos a olvidar.
Es grande, mucho más grande de lo que uno cree, la cantidad de personas que tienen la intención de ayudar a sus hermanos. Esto es reconfortante y nos muestra que nuestro pueblo tiene valores muy apreciables. Contrariamente a los que hablan de que todo está perdido, la esperanza existe todavía.
Tal vez, la virtud más importante de LUMEN es que esa idea original, gestada a la sombra del deseo de ser un poco mejores, se transformó en una realidad tangible a través de la cual las partes involucradas se benefician y asisten en forma recíproca.
Porque esto hay que recalcarlo, el favor es tanto para el que lo da, como para el que lo recibe.
En una reunión inicial de una conocida organización de servicio voluntario, ante la típica pregunta: "-¿Y Ud. por qué viene?". Un adolescente, con la espontaneidad propia de su edad contestó: "-Yo no vengo a dar, vengo a recibir".
Nos pareció que la mejor manera de historiar lo que es LUMEN es incluir experiencias de algunos de sus colaboradores. En la mayoría de los casos reproducimos fielmente esos relatos y en otros- con el debido consentimiento- hemos resumido algunos textos en pro de la agilidad de la publicación.
A todos agradecemos su apoyo y esperamos que esta compilación tenga éxito entre los que nos lean con el afecto que hemos querido transmitir. Viviremos con cada uno de ellos, la aventura de permitir a las apetencias del espíritu reprimidas, liberarse y ver la luz, que es nuestra realización como seres humanos.
Es interesante observar el efecto saludable que ejerce sobre cada uno de nosotros, el dar un poquito de tiempo a los demás.
Ello nos permite redimensionar nuestros problemas, apreciar todo lo que nos fue dado, eso que con tanta frecuencia, tendemos a olvidar.